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El valor de los calzoncillos de Superman: La semana de Superman

Los calzoncillos de Superman son sagrados. De verdad, son muchísimo más importantes para el personaje que el rizo rebelde sobre la frente o la visión calorífica, esos gayumbos separaban su tronco de sus piernas y dejaban claro de dónde venía Superman, sus raíces en los años 30 y los forzudos de aquellos tiempos. No hablamos de un personaje modernillo, hablamos de la vieja guardia; y si hay un superhéroe que deba simbolizar eso, ése es Superman.

La forma de sujetar la capa, las botas, el escudo… Todo eso ha cambiado con los años, pero los calzoncillos seguían ahí.

Porque vamos a dejarnos de tonterías, Superman es Jesucristo. Si crees que Jesucristo nunca haría algo, Superman tampoco. Es la única forma de entender el personaje porque en el subconsciente colectivo funcionan igual; son el caballero perfecto, el Galahad de turno. No son un personaje complicadísimo, son la quintaesencia del héroe y una vez dejas eso bien claro puedes empezar a elaborar…

Superman arreglando una guerra civil en 1938.

Porque claro, si Jesucristo se lió a hostias con los mercaderes del templo, Superman empezó reventando a usureros que echaban a la gente de sus casas. Si Superman no se lía con ninguna mujer por miedo a reventarla a pollazos kryptonianos, Jesucristo er… Bueno, de eso el jurado todavía no esta convencido. Basta decir que hay distintas versiones de Jesucristo igual que las hay de Superman, pero que todas tienen en común que no pierden los calzoncillos. Y sin embargo, el Hombre de Acero ha perdido sus calzoncillos a la vez que, misteriosamente, le ha aparecido un alzacuellos…

El mismo personaje, sí…

La cruzada contra los calzoncillos viene abanderada por Jim Lee, que ya en sus inicios se hizo famoso por sus diseños imperecederos como el traje de Gambito -rosa con gabardina- o los del volumen 2 de X-men -ése Cíclope con bolsillos amarillos. Sin embargo, cuando en el número 76 de la revista Wizard se le pide un rediseño que actualice al personaje a los 90, Lee hace esto:

Pero tiene su mérito porque no tiene bolsillos, hebillas o lleva gabardina.

El dibujo venía acompañado por un texto del propio Lee en el que afirmaba que «Soy un purista, pero mezclaría el look retro con un look moderno. Hacer el símbolo de Superman mas prominente. Después de todo, vivimos en un mundo de marcas. Creo que la manga corta funcionan muy bien con los guantes cortos.» El texto venía también con dos rediseños de Erik Larsen y Darryl Banks, que a diferencia de Lee sí que le quitaban los calzoncillos.

Estos si que le quitaban los calzoncillos, pero es que el uno era Larsen y el otro era el creador de Kyle Rayner y su máscara de cangrejo…

De todos esos rediseños Lee es el único que respeta los calzoncillos, y hasta los refuerza con una especie de tira roja que vete tu a saber para qué ha metido. Lo de la manga corta y los guantes lo abandona totalmente en el rediseño de new52, pero el escudo en los hombros si que lo ha llegado a volver a usar. Hoy en día existe una tendencia a renunciar a los calzoncillos -y no solo en DC, también en Marvel- pero en el caso de Superman, ir por ahí sin calzoncillos es algo más que una decisión estética, es cargarse el legado del personaje y reventar un diseño tan icónico como la misma «S» del escudo del personaje. Sin embargo, hay alguien que muy recientemente también se cargó los gayumbos de Superman y aun así no traicionó la esencia del personaje…

¡Era el Superman del pueblo!

Porque el rediseño de Rags Morales en New 52 funciona. Es un Superman que va en pantalones y camiseta, es un Superman que a primera vista parece un hortera, pero es que no es el mismo Superman que defiende el status quo. Es el Superman Jesucristo, es el defensor de los pobres, es el Superman del pueblo y se viste como el pueblo. Es una de las versiones más humanas del personaje, es el más cercano al original de Jerry Siegel y Joe Shuster antes de que fuera robado por mafiosos como Liebowitz y Donenfeld, y por eso se viste como la gente de la calle. Sin embargo, este Superman es una excentricidad más de Morrison, es algo que la editorial permite al escocés mirando para otro lado, y en cuanto el autor desaparece de la serie el diseño y su carácter social se van con el. Nos quedamos con el Superman de Jim Lee, el Superman ajeno a su historia que va vestido con su mono de trabajo, nos quedamos sin los calzoncillos de Superman…

Les quedaba tanta vida por delante, tantas cosas por hacer…

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