Los superhéroes urbanos, vigilantes enmascarados, o como queramos llamarlos no tienen fácil el combatir el crimen mas cotidiano. Detener una armada alienígena o a un científico loco que quieren dominar el mundo es más sencillo, sabes donde están tus enemigos, quienes son, por donde vienen. Pero el crimen más “realista”, como el que sufrimos en el mundo real, no es en ocasiones tan fácil de localizar e identificar. Y si ya resulta difícil ser un luchador contra el crimen en una situación como esa ¿que hacer cuando el crimen te rodea por completo y eres una de las pocas personas honradas viviendo en la ciudad más corrupta de estados Unidos? A esa pregunta respondió el gran Denny O’Neill en las páginas de The Question.
Cuando DC Comics compro a la Charlton sus “Action Hero” no parecía tener muy claro que hacer con ellos. Originalmente se supone que iban a protagonizar Watchmen, aunque sobre esto he oído ya más de una versión. Fuese lo que fuese Alan Moore finalmente no los utilizo y tras Crisis en Tierras Infinitas estos personajes se integraron en el Universo DC con desigual fortuna. Blue Beetle tuvo la inmensa suerte de acabar recalando en la JLI para ser redefinido por Keith Giffen y J.M. DeMatteis. Nightshade acabo en el Escuadrón Suicida de John Ostrander, Sarge Steel se convirtió en un Nick Furia de segunda que fue apareciendo aquí y allá, el Pacificador, Judomaster y el Capitán Atom tuvieron bastante peor suerte y Petter Cannon fue tan desaprovechado que DC acabo perdiendo sus derechos por no utilizarlo. Pero a The Question, quien había sido creado por el mítico Steve Ditko, le toco el premio gordo.
Fue en 1987 cuando Question cayó en las manos de Denny O’Neill, quien tras sus recordadísimas etapas en Batman, Green Lantern /Green Arrow o The Shadow se puso manos a la obra para relanzar a este personaje. O’Neill es un autor al que se le dan muy bien estos héroes “a pie de calle” y en su etapa con GL/GA o en el no lo suficientemente valorado trabajo en Iron Man ya demostró de sobra que se le daba muy bien tratar temas más sociales y duros, por lo que fue una elección de lo más lógica. A los lápices le acompaño Denys Cowan, cuyo estilo “duro”, “tosco” y “sucio” encajaba como un guante con las historias que O’Neill quería contar.
Pero para comenzar a contar en condiciones las historias de Question O’Neill decidió “resetearlo” por llamarlo de alguna manera. Para ello rescato a dos viejos personajes suyos para “ayudar” a Question a adaptarse a esta nueva etapa en su vida. Lady Shiva se encargo de “matarle” y Richard Dragon le ayudo a “nacer” de nuevo, lo que le preparo para ser capaz de hacer frente al crimen sin fin que poblaba las calles de Hub City. Porque Question no tenía “villanos”, sus enemigos iban desde delincuentes de poca monta a asesinos pasando por todo tipo de criminales imaginables, terminando esta particular pirámide criminal en la corrupción política que impregnaba todos los estratos de la ciudad. Una ciudad que casi parecía tener vida propia y que arrastraba con ella a todo el que no saliese corriendo de allí.
Si hasta el momento no ha quedado claro, Question no era un superhéroe al uso, de hecho tenia más en común con los viejos héroes de los pulps que con los ya no tan modernos superhéroes. En la publicidad de la serie solían decir que era un personaje con identidad secreta pero sin alter ego. Uno puede ver claramente las diferencias que hay entre Bruce Wayne y Batman o Clark Kent y Superman. Pero Question y Vic Sage eran el mismo, luchaban por las mismas cosas hablaba y actuaba igual, no se molestaba en inventarse una personalidad diferente para que no le relacionasen con ese vigilante enmascarado y luchaba contra el crimen con su máscara y ropas azules pero podría haber utilizado igualmente un chándal y un pasamontañas, sencillamente se disfrazaba para poder tener impunidad cuando se enfrentaba al crimen. Y pese a que no he parado de referirme al personaje como Question, el mismo jamás utilizaba ese nombre y quienes se encontraban con él, si le llamaban de alguna forma, le llamaban el sin cara. No, no era exactamente un superhéroe ni falta que le hacía.
Pero pese a la gran calidad de la serie esta solo duro 36 números y media docena de especiales. Tras esto el personaje fue apareciendo aquí y allá como secundario hasta que le acabaron matando en las páginas de 52, donde Renee Montoya asumió su identidad. Pero todo esto ha quedado atrás y ahora DC le ha convertido en un ser inmortal de poderes místicos y que pertenece, junto con pandora y Phantom Stranger a esa trinidad del pecado a la que Shazam y sus colegas brujos castigaron hace milenios. Ahora más que nunca es necesario reivindicar esta etapa del personaje y recordar que hace tiempo DC era una gran editorial que publicaba buenos comics.