Robin RIP: El verdadero valor de la vida de un Robin

Supongo que a estas alturas ya os habréis enterado. Y el que no lo sepa, es porque se las ha arreglado para no leer ningún periodico estos días, porque la cosa ha sido noticia de relleno en todos los informativos. Y eso siendo una realidad «alternativa», siendo una historia que no entra en continuidad y no teniendo nada que ver con «Death of the Family». Pero al final resulta que sí, que es noticia decir que Robin ha muerto.

¡Hala, a hacer puñetas el niño mierda!

Mirad como son las cosas, hace unos quince años, no habiendo pasado ni cinco desde la muerte de Superman y la invalidez de Batman, Wonder Woman «moría» y era sustituida por su madre, Hippolyta. Daba igual que Diana hubiera muerto para transformarse en diosa del Olimpo, el «tercer pilar» del universo DC había muerto a mediados de los 90 y el cambio de traje de Superman tuvo más eco en los medios que toda la sangre que la amazona pudiera derramar. Hoy esa muerte no deja de ser una anécdota que la mayoría de los lectores de comics de superhéroes ignora, pero en cambio la muerte de Robin si la conocen; la muerte del Robin Jason Todd.

¡A ver si te enteras de que en la cabeza de Batman todos sus ayudantes se llaman Robin!

Porque Jason Todd fue el primer sustituto de Dick Grayson, y eso provocó que el personaje no fuera precisamente querido; al fín y al cabo no dejaba de ser un niño macarra que había sustituido al Robin de toda la vida. Para colmo, era la época del Dark Knight de Miller, el grim & gritty y la idiosincrasia de Batman estaba siendo cuestionada; ¿debía Batman tener un compañero? ¿Perjudicaba al personaje el tener a un niño en mallas siguiéndole a todas partes? ¿No era ahora Batman un personaje maduro, un detective que asustaba a sus enemigos y al que poco le pegaba una sombra que llevara las piernas al aire y una capa amarilla? Los creadores del nuevo Robin fueron completamente ajenos a esa idea, con lo que el Robin creado originalmente por Gerry Conway era un calco perfecto del Dick Grayson original; padres asesinados, trabajaban en un circo, deseoso de aprender… El personaje como tal era una fotocopia mal hecha, y los lectores no acabaron de tragarse al personaje. Así, cuando Max Allan Collins -el de Camino a la Perdición- se hizo cargo del Batman postCrisis, intentó hacer interesante al personaje buscando que fuera la antítesis de Dick Grayson; indisciplinado, maleducado y hasta perverso, Jason Todd era un Robin que no estaba motivado por la necesidad de justicia o de evitar el daño a los demás, Jason era sádico y sólo buscaba la venganza.
El Robin «niñato» no duró mucho más, y Jim Starlin ya se encargó de contar como a Jason le pegaba una paliza el Joker y todo aquello. La historia de como los lectores llamaron a un número de pago para decidir si el personaje vivía o moría me la salto, sólo necesitamos saber que el pueblo decidió que Jason debía morir y veinte años después Dan Didio decidió que debía vivir. La cuestión es que Jason fue sistituido por Tim Drake (el único Robin al que se le veía madera de ser un Batman del futuro) y las cosas se estabilizaron hasta la llegada de Grant Morrison al personaje a mediados de la década pasada…

Pa lo que vas a durar…

Porque en su etapa se presentó a Damien, el hijo bastardo de Batman con Talia, el Robin actual en new52 y el Robin que ha muerto en Batman Inc, la única serie que sigue viviendo en la continuidad pre new52 (aunque digan que no y algunos personajes usen los rediseños de new52). Con lo que, para entendernos, ha muerto un robin de cuarta generación (quinta, si contamos a la también exdifunta Spoiler) de un universo paralelo al principal. Llama la atención que salga en la prensa generalista de todo el mundo el que un personaje así muera, sobre todo cuando el Batman, Superman y la Wonder Woman de Tierra 2 morían en el número 1 del Earth 2 de Robinson o el Peter Paker de Ultimate también pasó a no-tan-mejor vida para dar paso a Miles Morales.

«¡Novoyamorirnovoyamorirnovoyamorir!»

La cuestión es que Robin ha vuelto a morir (algo que exceptuando a Tim Drake y a Dick Grayson, es algo que Robin hace siempre) y resulta que a la prensa le importa. Si todo el universo es engullido y personajes bastante más veteranos que Damien como Wally West o Donna Troy son borrados de la existencia da igual, lo importante es la palabra MUERTE. Pero muerte con mayúsculas, con sangre y dolor de por medio. Si nos fijamos bien, el revuelo producido por la muerte de Peter Parker en Amazing hace un par de meses no fue muy grande fuera del microcosmos del cómic; Peter no moría en una explosión o tenía una larga agonía en brazos de su amada, «moría» en el cuerpo de uno de sus mayores enemigos, algo que no da una imagen gráfica tan directa como la de ver al personaje con su traje destrozado y los intestinos colgando. Vivimos en el mundo de la imagen, y la mano ensangrentada del Capitán América es mucho más fácil de vender como noticia que una viñeta de Humberto Ramos con un personaje anciano irreconocible mirando al vacio.

Esta si que es una muerte impactante que no salió en ningún lado…

No quiero con esto decir que la muerte de Damien no sea importante, o que no tenga ningún interés. A fin de cuentas, los que leemos ficción lo hacemos porque nos interesan las historias que nos cuentan, y la etapa de Morrison en Batman estaba centrada en el propio Damien. Da igual el Batman de Zurr-enh-Ar o sus peleas a través del tiempo por cortesía de los rayos omega de Darkseid, la idea principal del Batman de Grant Morrison es contar la historia de Damien, y a nosotros como lectores nos tiene que importar que nos cuenten el desenlace de la historia tal y como su autor pretendía contarla. Eso si, que me expliquen a santo de que llevaban meses cebando «La Muerte de la Familia», diciendo que el Joker de Snyder se iba a cargar a alguien y tal, para que luego la única muerte que haya sea la de Damien en Batman Inc, ¡menuda estafa!