Brian Azzarello nunca ha sido un guionista que me haya apasionado precisamente, he intentado leer 100 balas varias veces y no he podido, y sus trabajos con los principales personajes de DC me han provocado sobre todo indiferencia. Así que… ¿Cómo es que me he leído un comic suyo entero de una sentada y además pagando por él? Porque tratándose de un comic del Sargento Rock dibujado por Joe Kubert había que leerlo aunque solo fuese para pasar del guion y disfrutar del dibujo.
Si, no soporto a Azzarello, puedo contar con los dedos de una mano los comics escritos por el que me han gustado, y me sobrarían varios dedos. No digo que sea mal guionista, pero no ”conecto” con su forma de escribir, por lo general me deja muy frio y algo así es lo que me ha pasado con “Sargento Rock: Entre el infierno y algo peor “ El comic malo, lo que se dice malo no es, pero da la sensación de no ser más que una anécdota muy estirada a la que Azarello no supo dar un buen final.
La historia no empieza mal, los aliados se encuentran atascados en el bosque de Hürtgen, en la frontera entre Alemania y Bélgica, mientras tratan de seguir su avance hacia Berlín. Pero los alemanes dominan el terreno y el avance es casi imposible en un bosque tan espeso que no deja pasar ni la luz del sol y que es constantemente bombardeado por la artillería Alemana. Allí es donde se encuentran, entre otros miles, la Compañía Easy del Sargento Rock, que tras una misión reconocimiento de rutina se encontraran de bruces con un grupo de oficiales de la SS.
Y aquí es donde la caga Azzarello. No sé si es que no sabía que contar en un comic bélico o si es que se sentía mas cómodo en su terreno habitual, pero lo que tendría que haber sido una historia de guerra se convierte en una especie de “investigación policiaca” que no acaba de pegar demasiado con el personaje de Rock. Pero lo peor es que aparte de no encajar demasiado con la historia tampoco está demasiado bien llevada, y este comic bélico que deriva en policiaco acaba desembocando en un final un tanto absurdo que no hace justicia ni al personaje ni quien compartió con Azzarello la autoría de este comic…
El trabajo de Joe Kubert es lo único que salva esta historia y el verdadero motivo por el que merece la pena leerlo. El Joe Kubert que nos encontramos aquí es uno que ya se encontraba en los últimos años de su carrera cuando ya dominaba como quería el oficio de dibujar comics y que consiguió con su trabajo que uno casi se sintiera allí con Rock y sus hombres bajo el fuego enemigo. El bosque es opresivo, los proyectiles alemanes parece que caen justo a nuestro lado y Kubert demuestra a cada página porque sigue siendo uno de los más grandes. Quizás lo único que no le acabo de funcionar fue el coloreado, en el que utilizo unos colores pastel que no acabaron de encajar bien con una historia de este tipo.
La pena es que esta historia, que marcaba el regreso de Joe Kubert a uno de sus personajes más emblemáticos, no estuviese a la altura del evento. Pero pudiendo disfrutar de su trabajo casi que da igual la historia. Además, por suerte para los lectores, esta no fue la última ocasión en la que personaje y autor se reunieron. Volvieron a hacerlo en las páginas de Sgt Rock: The Prophecy con guion y dibujo de Kubert y también en Wednesday Comics, en las que Joe Kubert se encargo de ilustrar un guion de su hijo Adam.
Este cómic me cuesta recomendarlo, a pesar de Azarello he podido disfrutar de él, pero sobre todo por el dibujo. Así que solo lo recomendaría dejando muy claro lo que se puede esperar de él, una historia flojilla acompañada de un dibujo que hace que te olvides del guion y que consigue que acabes la lectura satisfecho por haber podido ver de nuevo reunidos al Sargento Rock con uno de sus creadores.