La serie que hoy nos ocupa se sale un poco de lo que nos había acostumbrado Carlos Giménez en sus anteriores obras reseñadas en Brainstomping. Aquí se abandona por completo el tono costumbrista y serializado que habíamos visto en sus otras obras, pasando aquí a las historias autoconclusivas protagonizadas por personajes diversos y centrados en la actualidad de la época. La otra diferencia con sus otras obras es que aquí no trabajo solo, en esta ocasión conto con la colaboración en los guiones de Ivá, el creador de “Makinavaja” e “Historias de la Puta Mili”. ¿Y qué nos vamos a encontrar en esta “España, Una, Grande y Libre”? Sigamos leyendo para descubrirlo.
Este comic se publico de forma serializada en las páginas de la revista “El Papus” entre 1976 y 1977. Franco había muerto hacía apenas un año y España estaba cambiando rápidamente, o eso parecía. En las páginas de este comic se aprecia mucho la desconfianza y el miedo que aun se sentía en España en aquellos tiempos. Si, el dictador había muerto, pero la sensación de que en el fondo nada iba a cambiar realmente en el país estaba presente de forma constante.
Pero también podemos ver el lado contrario de la moneda. Todos aquellos que habían medrado durante la dictadura y que la habían vivido con una “extraordinaria placidez” estaban igualmente asustados. La dictadura había formado parte de la vida de los Españoles durante demasiado tiempo y el miedo al cambio, a que los “rojos” llegasen al poder y les arrebatasen lo que habían conseguido les tenía tan asustados como a los demás el que nada cambiase.
Ese miedo llevo a muchos de esos que habían vivido tan bien durante la dictadura a tomar medidas desesperadas al ver peligrar la forma de vida a la que estaban acostumbrados, lo que también fue reflejado en esta serie. Los atentados de los grupos fascistas a cualquiera que no pensase como ellos y se atreviese a pensar que el país debía cambiar se convirtieron en víctimas de estos grupos. Esto acabo afectando de forma muy directa a los trabajadores del Papus cuando en 1977 uno de esos grupos fascistas puso una bomba en la sede de la revista en la que falleció el conserje de la misma y diecisiete personas más resultaron heridas, tan solo porque lo que publicaban no les parecía “decente”.
Pero a medida que uno avanza en la lectura de la obra empieza a encontrar pequeños destellos de optimismo, pocos. La desconfianza sigue ahí, pero los autores parecen transmitir que igual si que es posible el cambio. Aunque también se puede apreciar la decepción de que los cambios no sean tan grandes, la sensación de que tras tantos años de lucha el país no había cambiado lo suficiente y que igual al final lo único que iba a cambiar era el nombre de quienes gobernaban.
Aunque esos miedos y desconfianzas no se encuentra solo en quienes vivieron aquella época. Lo terriblemente actual que resultan la mayoría de estas historias, como si se hubiesen hecho ayer mismo, asusta a cualquiera que se acerque a esta obra hoy en día. La brutalidad de los antidisturbios, los abusos de los empresarios hacia sus trabajadores, los políticos corruptos campando a sus anchas… Nadie diría que este comic tiene ya 36 años.
En resumen, que una vez más nos encontramos con una grandísima obra que nadie debería dejar de leer y que además nos sirve a modo de crónica de la transición. Aunque también es verdad que puede resultar un tanto deprimente el darse cuenta tras su lectura de que en algunas cosas no solo no se ha cambiado demasiado, sino que casi parece que estemos retrocediendo.