En principio no pensaba prestar más atención a esta serie, pero el morbo de ver como de bajo es capaz de caer Dan Didio en su empeño por creerse escritor pudo más que el sentido común, así que acabe leyéndome el segundo numero de su Phantom Stranger. Decir que con su trabajo se ha cagado y meado en el personaje es quedarse muy, muy, corto. No sé si lo hace porque en el fondo cree que realmente sabe escribir, porque en la editorial le pelotean y le dicen que si que sabe o si sencillamente es que está aplicando al o bestia esa frase de “que hablen de uno aunque sea mal”. Sea como sea, este segundo número ha salido y vamos a ver, en esta nueva sección mensual (el morbo me puede) como Dan Didio sigue degradando al Phantom Stranger de una forma que jamás creí posible.
La historia comienza un apacible día en un parque de Nueva York. Allí nos encontramos a un niño que juega al futbol ajeno al destino que le espera. Mientras corre con el balón choca con un tipo, este le mira y le saluda llamándole por su nombre – ¿Cómo sabes mi nombre? – Pregunta el niño. – Yo conozco a todo el mundo pero nadie me conoce a mí, soy el Phantom Stranger – Le responde nuestro protagonista. Si, muy discreto…
El niño al ver a ese tipo tan raro hace lo más sensato y sale corriendo sin mirar… Solo para ser atropellado por un coche, todo ello ante la mirada impasible del Phantom Stranger. Porque eso es lo que siempre ha hecho el personaje, dejar que niños inocentes mueran ante el sin hacer nada por impedirlo…
De ahí saltamos hasta el funeral del niño, en el que aparte de la familia y el Phantom Stranger nos encontramos con una misteriosa chica morena que no para de llorar por la muerte del niño y a la que nadie parece conocer. Phantom Stranger la sigue hasta la calle pero ella acaba notando su presencia y se defiende… ¡Lanzándole una sombra oscura con forma de cuervo gigante! Si, esta misteriosa chica, Rachel, no es otra que Raven, miembro de aquella etapa clásica de los Titanes de Wolfman y Pérez que ya no existe en esta nueva realidad.
Phantom Stranger le dice que no está allí para atacarla, que quiere ayudarla a controlar sus poderes y que Trigo no le ha enviado a por ella. Rachel/Raven confía en él y le acompaña a un bar a tomarse unos cafés, si, en serio. Allí ella le cuenta su historia, como su madre y ella se pasaron la vida huyendo de Trigón, como encontraron refugio en Azarath… Pero de pronto Rachel/Raven siente una presencia maligna, la cafetería está llena de miembros de la Iglesia de Sangre, los seguidores de su padre.
Rachel/Raven se asusta y trata de huir, pero Phantom Stranger para protegerla y ambos se teletransportan lejos de allí. Juntos aparecen en Stonehenge, que por lo visto es la puerta de acceso hacia Azarath, que hace unas páginas era una dimensión donde ella y su madre estaban a salvo pero ahora parece ser el sitio en el que vive Trigón. Rachel/Raven entra en pánico, le pide al Phantom Stranger que se la lleve de allí antes de que su padre sienta su presencia, pero él se niega. Ella le echa en cara que le dijo que la protegería, pero él le responde que solo le dijo que la llevaría con quienes la ayudarían a aprender a usar sus poderes…
Es entonces cuando Trigón en persona hace acto de presencia, ya que era a él a quien se refería Phantom Stranger cuando hablaba de quien la ayudaría a entrenar sus poderes. Por lo visto esas voces misteriosas que le dan órdenes le han dicho que haga eso y él para variar no se opone a lo que le dicen. Trigón añade que no tiene sentido pedirle ayuda, que la naturaleza del Phantom Stranger es traicionar a todo el que se cruza en su camino. Tras lo cual sus demonios se llevan a Rachel/Raven. A continuación una de las monedas de plata del collar del nuestro protagonista cae de su lugar y se disuelve.
Aquí es cuando tiene lugar la escena más patética del comic, una en la que Dan Didio, por boca de Trigón, explica con detalle cómo funciona el Phantom Stranger, algo que ya había quedado claro en el numero 0, con Trigón explicando en voz alta como cada vez que Phantom Stranger traiciona a alguien una de las monedas cae acercándole un poco más al final de su castigo. ¿En serio era necesario explicar eso de esta manera? ¡Si ya estaba claro! Pero bueno, no es más que otra prueba de que Didio no es escritor.
Así que Trigón se marcha de allí mofándose de cómo le ha ayudado a crear un nuevo mal para la humanidad y como está condenado a vivir una vida eterna apartado de la humanidad y completamente solo… Phantom Stranger se aleja de allí caminando en su eterno paseo por la tierra esperando a que s ele encargue una nueva misión. Pero en lugar de eso aparece en una cabaña en el bosque donde le esperan… ¡Su mujer y sus hijos! Allí descubrimos que Phantom Stranger se hace llamar Philip y no acaba de quedar claro si su esposa sabe quién es el realmente, lo único que nos queda claro es que Pandora esta espiándole desde una ventana y que no parece muy feliz.
Del personaje nos queda el nombre, el aspecto y poco más. Dan Didio ha convertido a un personaje que lo daba todo por ayudar a la humanidad en un desalmado que vaga por el mundo traicionando a todo el que se cruza en su camino con tal de conseguir el final de su castigo. Viendo la nula capacidad de Didio como escritor es bastante previsible pensar que su “plan” es que el personaje acabe traicionando a sus amos para convertirse en el Phantom Stranger que todos conocíamos, pero lo está haciendo tan rematadamente mal que el único interés que se le puede encontrar a este comic es sacarle sus defectos.