Y por fín llegamos a Batman en medio de este repaso de todos los títulos que publicó DC en el mes en el que Alan Moore empezó a trabajar para ellos. No es que Batman vaya a arreglar nada, la DC precrisis estaba hecha un pelín desastre, pero lo interesante es ver a Doug Moench, el creador de Moon Knight (el Batman esquizofrénico de Marvel), escribiendo las aventuras de Bruce Wayne junto a Jason Todd. El Jason precrisis, el que todavía no tenía más pringue del Lado Oscuro que Jake Lloyd… ¿O no?
La portada es clara, es una historia de Batman y Poison Ivy. No se si os habéis fijado, pero llevamos cosa de diez comics distintos de DC y pocos estan protagonizados por los personajes clásicos de la compañía; JLA, un DC Comics Presents con Superman y Madame Xanadú, un Wonder Woman contra los gremlins… Por eso alegra el ver un cómic de Batman con portada de Ed Hannigan y Giordano en el que veamos al Caballero Oscuro pegarse contra uno de sus villanos clásicos, ¡a ver si merece la pena!
El cómic esta dibujado por Don Newton y Alfredo Alcalá, y empieza de forma un poco rara, con cuatro páginas explicándonos que desde una mansión de las afueras de Gotham estan saliendo unas esporas chungas. Nos explican como infectan unas algas por ahí, crecen, hacen la fotosíntesis… En fín, una cosa muy rara.
Sí, es Jason Todd. No, no esta intentando matar a nadie (de momento), ni esta amargado con el mundo. De hecho, yo creo que se le ve bastante feliz. Ya os digo que el Jason Todd precrisis era bastante distinto del entrañable niñato psicópata que nos vendieron después, en realidad era un calco de la Kitty Pryde de aquellos tiempos; trataba de encajar como fuera y se pasaba el rato preguntándose que nombre de superhéroe se pondría o como se llamaría.
La cosa de plantas esa que se ha criado en el mar hace un rato ya esta hecha todo un Alec Holland y anda por ahi acojonando al personal de Gotham, con lo que le corta el rollo a un par de chavales que estaban a punto de triunfar. Que injusta es la vida… El caso es que Batman no tarda en encontrarse con él, y hasta acaba por quitarle un cacho para analizarlo.
Mírala que feliz la Poison Ivy, que resulta que no tiene su propia Cosa del Pantano, si no un ejército de Cosas de la Mar Salada. Mientras tanto, Batman le lleva a un señor botánico la muestra de Cosa de la Mar Salada que consiguió antes, y mientras el científico le suelta un galimatías poco comprensible mezclado con biología de primero de secundaria, llegan a la conclusión de que lo mismo la criatura esa se surgió de forma natural.
Ya, ya sé que Vicky Vale parece una señora mayor, pero en aquellos tiempos la permanente estaba de moda…
Lo que viene a continuación son tres páginas en las que hay desarrollo de tramas secundarias, en lo que es toda una novedad en los cómics de DC que hemos repasado hasta ahora: Batman tiene personajes secundarios a los que les van pasando cosas sin necesidad de que este el Cruzado de la Capa presente. Gordon ha tenido un infarto, Alfred tiene que hacer un largo viaje por asuntos personales y Vicky Vale trata de olvidarse de Bruce Wayne.
Mientras tanto Poison Ivy se ha montado un spa (Exotica, que se llama) para ejecutivos estresados. Les hace despelotarse, los tira por la jungla que tiene montada dentro de la mansión y cuando los ha dormido a todos, les hace algo muy siniestro con las plantas… Uno se pregunta como es posible que Poison Ivy consiga que todos estos pardillos caigan en la trampa, cuando para entonces llevaba ya casi veinte años liándola por Gotham. Pero bueno, estos son los tiempos en los que Pamela Isley se llamaba Lillian Rose y tenía poderes por no se qué mierda de un mago egipcio.
Al día siguiente, Lucius Fox le avisa a Bruce de que algunos ejecutivos de su empresa se estan comportando de forma rara, que actuan como zombis o robots. Bruce lo comprueba en persona hablando con uno de ellos, y observa que tiene una extraña planta en el escritorio. Más tarde, al hablar con Lucius Fox, recuerda haber recibido una invitación al Exotica, con lo que suma dos y dos…
Pero Batman poco puede hacer. Poison Ivy fue absuelta de su último juicio por asesinato, con lo que legalmente es una persona inocente, con lo que toca largarse y esperar a la que la muchacha cometa algún error… O volver a entrar a escondidas en su casa:
Sí, son engendros plantíferos o como se llamen. Mientras Batman se entretiene con ellos (que estan en su derecho a atacarlo porque Batman acaba de cometer un allanamiento en toda regla), Jason Todd trata de demostrar lo que vale (es su primera pelea contra un supervillano) y persigue a Poison Ivy, pero es atacado a traición por el compinche científico loco de la plantafílica y Batman tiene que llegar para salvarle el culo.
Pero me he equivocado, porque esta no es la Pamela Isley de después de Crisis y no tiene ese amor desmedido por todo lo vegetal; Lillian Rose es un personaje mucho menos interesante y es una simple criminal que usa sus conocimientos de botánica para sus aviesos fines, con lo que le importa una mierda matar a todas sus plantas en un incendio si eso la ayuda a escapar.
Jason Todd no quiere ser Robin, quiere ser su propio superhéroe, y se queja de que Batman lo llame Robin. Pues vale. La continuación de esta historia estaría en el Detective Comics 534 de ese mismo mes, asi que nos tocará escribir sobre él la semana que viene.
Aun así hay que decirlo, hay algo de verdad en que el único superhéroe de DC que merece la pena antes de Crisis es Batman. De los cómics de universo que he visto hasta ahora, parece que este es el mejor. Es cierto que el plan de Ivy es un poco extraño -voy haciendo criaturas de musgo que me sirvan de matones mientras me dedico a drogar a ejecutivos para algo indeterminado- pero supongo que en el próximo número la cosa se explicará un poco más, pero eso ya lo veremos la semana que viene a la misma bat-hora, en el mismo batcanal (voy a ir al infierno por decir eso, y me lo mereceré…).