Seguimos con esta serie de artículos en la que miramos un poco que nos vendía DC el mes en el que empezó a trabajar para ellos Alan Moore, a ver si vemos como influyó realmente el genio de Northampton a la editorial de Batman y Superman. Hoy toca una serie infantil de la que pocos se acordarán; Amethyst, Princess of Gemworld.
Tenemos una portada hecha entre George Pérez y Ernie Colon, en la que parece que la composición ha corrido a manos del primero y todo lo demás a manos del segundo. Y sí, es lo mejor del tebeo, exceptuando el logotipo. El logotipo no nos cae bien. El cómic empieza con unos padres devastados por la desaparición de su hija Amy, que por lo visto está en otro mundo haciendo de princesa guerrera. Por si alguien no lo ha notado, esta serie la sacó DC para vendérsela a las niñas.
Los créditos son atroces, cuesta ver los nombres de la gente, y más que leerse, se intuyen. Parece que los autores son Dan Mishkin, Gary Cohn y Ernie Colon. Y también esta por ahi una Karen Berger antes de Alan Moore… Pero vamos al tajo. Parece que en Amethyst todos los personajes son señores y damas con nombres de joyas, en plan Lord Garnet, Prince Topaz, Lady Turquoise y cosas así. Y hablan en plan «¡No debemos permitir que los forasteros renueven su ataque!» «Pero si el Sacerdote Diamante es tan poderoso como dice…» «Lo soy, Princesa Amethyst… ¡Pues solo yo controlo ahora la magia pura de mi gema!» Una maravilla de diálogos, oiga.
La historia va de unos tios raros con capucha que se regeneran mejor que Lobezno, hacen magia y tiran rocas por la cara, y que les estan pegando una paliza tremenda a los protagonistas. Durante el combate, la Amethyst esa hace poco más que quedarse atrás y salvarle el culo a toda la gente que no es tan cobarde como ella y ataca a los malos. Por muchas heridas que hagan a los buenos, nadie muere.
Luego vemos como una mujer y una cría capaz de hablar con las hadas son atacadas por unas moscas, para ser salvadas por un tal Lord Aquamarine. No se a santo de que viene esto, pero como no me he leido los números anteriores, como que ellos sabrán por qué lo sacan.
Mientras tanto, otro fulano ataca a los forasteros encapuchados con un rayo láser desde una torre muy gorda, y se lo cargan. A este si se lo cargan.
Y por fín vemos al malo, que vive en su castillo de Grayskull. Dark Opal, que así se llama el «mayor villano que ha conocido este mundo», se deshace en disculpas a Lady Shappire porque prometió encontrarle novio y todavía no lo ha conseguido. Asi que le presenta un adefesio, que a ella le da mucho asco, con lo que el supervillano de la muerte decide desintegrarlo y «hacer una batida por los universos para encontrarle a un hombre». ¡Dark Opal es el meetic del mal!
Amethyst deduce que los forasteros malos esos tienen un punto debil; mientras uno se traga todo lo que le echan (sin risas) el otro lo echa todo, mientras que el tercero tiene que ser el eslabón debil. Asi que, una vez descubierta su debilidad, los encapuchados chungos se piran, para revelar que en la dimensión de bolsillo de la que vienen había un tal Lord Moonstone encerrado, al que rescata la Amatista esta, que es muy apañada.
Y nada, que la mujer y la cria estas que se encontraron con Lord Aquamarine eran las Princesas Esmeraldas, que van donde una señora mayor llamada Citrine para decirle que van a ayudarle a la Amethyst contra el malvado Dark Opal. Lo de la exposición y los diálogos sin contenido es algo bastante habitual en esta serie, ya véis.
El número acaba con un tal Carnelian (que es de los malos, porque habla de acabar con la Amatista esa) pegándose contra un dragón cutre por una gema, para acabar cayéndose en un pozo de caracoles que huele fatal. Supongo que es el recurso cómico.
Amethyst abusa de la exposición, es una serie ñoña a posta y esta plagada de clichés. Sin haber leido nada más del personaje, me sorprende como se desarrolla el guión si supuestamente esta escrito con las niñas en mente; esto se parece más a un número suelto de la serie roja de Dragon Ball que a Lily o Esther; ¿de verdad tenían que llenar todo el número con una batalla contra tres fulanos que no dicen nada? Todo el cómic parece simple relleno, sin grandes consecuencias más allá de que las princesas terminen su viaje o que muera o sea rescatado algún personaje que, dentro del propio tebeo, ni me han dicho de que va ni nada. Un horror, y unos guionistas que se creen que las niñas son tontas y su único objetivo es ser la princesa de Gemworld. Todo ello envuelto en un dibujo cumplidor de Ernie Colon que más le valdría estar haciendo Warlord o Conan antes que esta tontería. Pero supongo que todos tenemos que comer…
Algun enajenado puede que se pregunte que fue de Amatista (yo no, me gustaría borrarla de mi memoria cuanto antes) asi que más vale que os agarreis bien: Amethyst llegó a tener su propia serie regular, annuals y hasta otra serie limitada dibujada nada menos que por Esteban Maroto. Para colmo, tuvo su propio crossover con Superman y hasta aparecía en Crisis Infinita, y no era precisamente un simple cameo; es el único Señor del Orden superviviente de la cosa esa del Día de la Venganza, en la que el Espectro se cargaba toda la magia del Universo DC. Parece ser que a Geoff Johns le gusta el personaje, porque llegó a recuperarlo también en Flashpoint, el crossover ese horrendo en el que se parió lo de los New52.
Ahora yo me pregunto, ¿hubo más cómics como éste en DC después de Alan Moore? No muchos. Karen Berger se dedicó al 100% a lo que sería la línea Vertigo, y una cosa tengo bien clara, si los creadores de Amethyst hubieran hecho el mismo trato que Moore con Watchmen, los derechos habrían vuelto a ellos hace mucho tiempo.
Y para el próximo post de la serie, nos toca una serie parida de las licencias y dibujada por uno de los mejores dibujantes que tuvo DC por mucho tiempo: el Atari Force de Jose Luís García López.