DJ Boy y el primer Gals Panic: La leyenda de Kaneko (II)

Decíamos ayer que la gente de Kaneko eran unos desarrolladores japoneses muy peculiares, pero que no pudieron desatar todo su potencial hasta que fueron una desarrolladora independiente. Así, su bautismo de fuego una vez consiguieron la libertad de su contrato con Taito fue una obra en la que destaparon su tarro de las esencias, engendrando esta obra maestra del absurdo llamada DJ Boy:

El Torrente de los videojuegos, no hay cosa más casposa, madre.

Os habéis quedado a cuadros, ¿no? Yo también… En el 89, DJBoy ya era casposo, ya estaba pasado de vueltas, y recordaba más a los 70 y a los primeros videoclips de la MTV que a la chavalería de aquellos tiempos. Pero da igual, DJBoy llegó a las recreativas con su desgarradora historia de un breaker al que le roban su loro (porque así llamaban a esas monstruosidades tecnológicas de la era pre MP3) y decide liarse a hostias con media San Francisco montado en patines. Con un par.

¡Soñando, soñando… triunfé patinando!

El juego no es malo, es un correcalles mediocre pero soportable, pero lo que llama de atención es esa ambiéntación en la que nos enfrentamos a señoras negras gordas con flatulencia, a vagabundos que en secreto son strippers de esos de despedida de soltera, a punkarras con look de jefe indio, a heavys, a capitalistas con obesidad mórbida…  Y no hay mucho más que decir, ya habéis visto el juego entero en el video. Sobran las palabras ante el magnífico espectáculo que ofrecen.

En serio, ahí se supone que había una nave, pero con tanto parpadeo no ha salido en la foto…

Air Buster – Trouble Specialty
Un matamarcianos, una especie de cruce del UN Squadron de Capcom y el R-Type de Irem, pero con el sistema de powerups más absurdo que he visto en mucho tiempo. La cosa consiste en que tu revientas un contenedor volador de powerups, estos saltan por los aires y, si tienes suerte, consigues coger uno interesante, porque salen disparados a tal velocidad que casi ni los ves. Un pelín desastre. Por lo demás se deja jugar, aunque los sprites parpadean molestamente…

¡Que divertidos son los carteles de 100% clear!

Gals Panic
El juego más famoso y de más exito para Kaneko. Un clon de Qix en el que debemos destapar las imagenes de unas entrañables japonesas no muy hermosas. Y si lo haces bien, salen en pelotas. Kaneko lo petó con la cosa esta, asi que se pasó el resto de su existencia haciendo juegos de la serie para financiarse otros proyectos. Lamentablemente, por el camino apareció Internet y la gente ya no le vió mucho sentido a pajearse en los recreativos pudiendo hacerlo en el cibercafé…

Que esta joya del «engrish» no sea un meme, tiene delito…

Lo peor es que hay que admitirlo, el juego era bastante entretenido, y seguramente es el mejor juego que Kaneko había hecho hasta la fecha. Lo malo es que lo sobrexplotó tanto a posteriori, que todo el mundo le cogió manía al género. Vamos, que a partir de aquí iré listando otros juegos de Kaneko que no sean secuelas de Gals Panic, porque si no no acabamos nunca.

No sabía yo que los de la stasi fueran unos erizos de colores y cara de mala leche…

The Berlin Wall
Y esto, damas y caballeros, es la cosa más oportunista que uno se pueda echar a la cara. Si encendíamos la TV por aquellos tiempos, lo que veíamos siempre era como el bloque comunista se desmoronaba y los berlineses tiraban abajo el muro que los había separado durante décadas. Todo era muy bonito, muy hermoso y muy explotable económicamente. Multitud de espabilados se liaron a vender piedras de la calle diciendo que eran «cachos del muro de Berlín, una oportunidad única de poseer un pedazo de la historia». Kaneko no iba a ser menos, y lanzó un juego de plataformas (al estilo de Bubble Bobble, Snow Bros o Tumblepop) en el que teníamos que reventar cachos de muro para acabar con nuestros adversarios. Para que la cosa colara como juego del muro de Berlín, entre nivel y nivel te ponían fotos reales de gente destrozando el muro de la vergüenza. Kaneko en todo su esplendor, vaya.

Mocos, hadas, brujas… Sí, esto tiene que ser japonés.

Magical Crystals
En este juego manejamos a una especie de bruja (de las de capirote y tal) que va disparando a sus enemigos (los mocos) por coloridos escenarios en los que va recogiendo cristales para liberar hadas. Si dejamos de un lado la música machacona y la ambientación lisérgica, tenemos que este es otro de los juegos más potables de Kaneko hasta la fecha, y que ni siquiera es imposible de jugar (aunque para las nenazas que se hacen llamar hardcore gamers hoy en día, el juego sería imposibilísimo).

No, no te has fumado nada, así son las fases de bonus de Magical Crystals…

Para la semana que viene tendremos una de esas joyas incomparables, una secuela que el universo no podía negarnos… B Rap Boys: DJ Boys 2.

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