Alice: Madness Returns – Lewis Carroll reloaded

Lo mejor y lo peor de Alice: Madness Returns está en que es más de lo mismo. Una y otra vez, sin parar. Y aunque tiene una historia profunda y bien desarrollada, el juego se basa en una serie de mecánicas de juego que se repiten a lo largo de sus cinco niveles, con lo que uno acaba haciendo siempre lo mismo. Pero mejor empezamos por el principio…

Si, Spicy Horse, Electronic Arts… ¡Pero Lewis Carroll no aparece por ningún lado!

Alice: Madness Returns es la segunda parte de Alice, el juego de plataformas basado en Alicia en el País de las Maravillas que desarrolló el estudio de American McGee (un diseñador de id software que estuvo metido en Doom, Quake y esas cosas) para PC allá por 2001. El juego era una versión siniestra del libro original, y si bien no mataba, era entretenido y destacó por su ambientación.

Alice es un juego de la escuela «niños tristes» o «gothic lolitas».

McGee no tardó en anunciar que su siguiente juego sería uno basado en el Mago de Oz, pero las cosas no acabaron saliéndole bien y el juego acabó cancelándose. Sin embargo, y tras meterse en otros desarrollos que van de lo triste (Bad Day LA) a lo pasable (Scrapland) McGee y su nueva compañía afincada en Shangai, Spicy Horse, lanza esta segunda parte de Alice con el objetivo de recuperar un poco del exito que consiguió en su día. Y parece que algo si ha conseguido…

¡Mirad, estoy sonada! ¡Qué bonito es estar como una regadera!

Alice 2, como su primera parte, es un juego muy currado en lo visual. Y seguramente ése es el problema, que es muy continuista respecto a su primera parte y por eso precisamente «huele» a viejo. Se le pide más variedad en las mecánicas de juego, mayor duración, pero el juego se empeña en meterme montones de toboganes que sólo se diferencian en sus texturas, en repetirte enemigos (poca variedad hay, no habrá más de 10 distintos a lo largo de todo el juego y sus mecánicas son de tres tipos) y bueno, en emperrarse en que el primer nivel del juego era estupendo (que lo es)  y por eso vas a estar encantado de que te lo repitan mil veces con distintas ambientaciones.

Estos no salen mucho, pero de los niños de cara blanca y con cuerpo de chapapote te vas a hartar.

Que tampoco estoy diciendo que sean calcos exactos del primer nivel; hay niveles como el tercero que tienen zonas en 2D muy originales, o el cuarto con su castillo de cartas en el aire que, aunque es plataformeo puro y duro con algún salto de fé, es una preciosidad y recuerda a lo que probablemente será Bioshock Infinite. Pero, aun así, seguiremos pegándonos contra el tipico monstruo hay que hay que reventarle el blindaje con el martillo y rematar con el cuchillo. Un coñazo.

Plataformeo clásico, simplón pero bonito.

De todas formas, hay algo que creo que muy poca gente ha destacado del juego y para mí es el gran hallazgo del juego; los prólogos de cada nivel ambientados en la Inglaterra victoriana. Para entendernos, los niveles ambientados en «el mundo real». Es una época muy poco tratada por los videojuegos y que personalmente creo que podría dar bastante juego, una pena que en este Alice no se profundice más en ello, le habría dado un poco de variedad.

No te equivoques, por muy bonito que sea todo, Alice está sonada. Pero muy sonada.

En cualquier caso y a pesar de los problemas que trae de falta de variedad (aunque desde luego, es más variado que Space Marine) y corta duración, Alice 2 es un juego que merece la pena jugar. Y eso aunque mientras estemos haciéndolo llegará un momento en el que empiece a cansarnos/aburrirnos, y nos quedaremos sólo para saber de que va el final. Asi que es sólo para alquilar.

¡Joder, que pesadilla he tenido! ¡He soñado que en el futuro se iban a liar a hacer remakes chungos del libro del señor Carroll llenándolo de pederastas y gente chunga!

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