A estas alturas supongo que sobre presentar a Neil Gaiman. Gales, alto, siempre se viste de negro, se peina poco y es el autor de “The Doctor’s Wife” uno de los episodios más divertidos de la temporada actual de Doctor Who, ah sí, también fue el creador de Morfeo, Sandman. Este hombre que ha demostrado con creces que cuando quiere sabe escribir muy bien. Hoy vamos a hablar de una historia corta que escribió para el Vertigo Preview #1 ambientada en el universo onírico de su Sandman y en la que muy sabiamente nos advierte de los peligros que corremos en nuestra vida diaria y cómo podemos evitarlos. Y es que, si no trepas no te caes…
La historia comienza con Todd Faber, un dramaturgo a punto de estrenar su última obra y que se encuentra en horas bajas y se está planteando el abandonar la obra por la inseguridad que esta le provoca. En una sola página Gaiman nos cuenta con maestría como un abandono a tiempo puede evitarnos mayores sufrimientos, pudiendo vivir así una vida tranquila y sosegada. Pero a Todd no le resulta tan fácil protegerse, Janet, la protagonista de su obra, se dedica a mirarle mal y a insinuar que es un cobarde, solo porque en el fondo desea verle fracasar. Que mala que es la gente.
Todd consigue quedarse solo y busca refugio en el mundo de los sueños, solo para encontrarse en uno de esos sueños que se convierten en pesadillas. Uno en el que se ve a sí mismo trepando por una montaña. A través del relato de su ascensión descubrimos como a Todd no le gustan las alturas y que por eso vive en un primer piso más caro y sin vistas. La seguridad debe primar sobre el riesgo. Todd llega al a cima y se encuentra con el mismísimo señor de los sueños, el eterno Morfeo, a quien confesara el por qué de su aversión a las alturas.
Todd de pequeño tuvo un sueño, no, no quería que todos los humanos fuésemos como hermanos y no nos odiásemos, quería escapar de una casa llena de brujas. En su sueño salía por una ventana, resbalaba y caía, iba a estrellarse contra el suelo, tenía miedo a morir, así que de alguna forma detuvo el sueño. Pero no despertó se quedo a medio camino atrapado en un cuerpo dormido sin poder despertar y sin atreverse a volver al sueño. Tras horas de sufrimiento consiguió despertar con los ojos llenos de lágrimas y desde ese día, muy sabiamente se alejo de las alturas.
Morfeo entonces empieza a interrogarle y al mismo tiempo le da una serie de sabios consejos. “A veces es un error trepar” “Si no trepas no caerás, es cierto” “A veces te despiertas y a veces sí, mueres. Pero también hay una tercera alternativa” Con tan pocas y en principio enigmáticas palabras el señor de los sueños nos da toda una lección de seguridad en nuestra vida cotidiana. Morfeo desaparece y Todd se encuentra solo en la cima de la montaña. Mira al vacio y salta…
Al día siguiente Todd está de nuevo en el trabajo, esta relajado y animado. En su sueño ha descubierto cual era la tercera alternativa de la que le hablo Morfeo “A veces vuelas” en sueños… Todd ha aprendido que es solo en el mundo de los sueños donde debes arriesgarte, donde debes hacer esas cosas que te dan miedo hacer, porque allí no hay consecuencias, no hay muerte ni dolor. Y eso te permite desahogarte y vivir una vida normal y sin sobresaltos. Eso queda reflejado incluso en el atuendo que lleva, todo de negro, porque el negro combina con todo y no te arriesgas a combinar mal las prendas y ser objeto de burla.
En tan solo siete páginas Neil Gaiman nos ha dado una valiosísima lección sobre la vida. Si algo te da miedo no lo hagas. ¿Qué Quieres pedirle un aumento a tu jefe? No lo hagas, no te lo dará y a partir de entonces te mirara mal. ¿Quieres declararte a la chica que te gusta? No lo hagas, te dirá que no y a partir de entonces no te hablara. Vive seguro, vive cómodamente sin sustos y sobresaltos. ¿Quieres dejar tu trabajo de mierda para dedicarte a lo que realmente te gusta? No lo hagas, te quedaras en el paro muerto de hambre. Los riesgos solo están bien para el mundo de los sueños donde puedes volar y nada tiene consecuencias, pero solo ahí. Nunca unas pocas palabras encerraron tanta sabiduría. Si no trepas no te caes…