Shaun of the Dead: Pegg & Frost contra los muertos vivientes

Ya hace unas semanas Diógenes dio buena cuenta de Paul, la última comedia hasta la fecha protagonizada por Simon Pegg y Nick Frost. Estos dos comics británicos se han convertido en los últimos tiempos en casi dos estrellas del humor, por lo que cuando leí el artículo sobre Paul, y sobre todo que eran Británicos me puse a la tarea de repasar su filmografía juntos. Así fue como he llegado hasta Shaun of the Dead, película que aquí se llamo «Zombies Party (una noche… de muerte)», en España como siempre la originalidad al poder… Pero veamos qué es lo que hace grande esta comedia romantica.

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Antes que nada he de decir que a mí las historias de zombis nunca me han llamado demasiado la atención, por no decir nada. Me aburre soberanamente, los zombis como amenaza son la cosa más sosa e insípida del mundo. Así que excepto contadas excepciones como Walking Dead en las que los zombis son una mera excusa para contarnos otra cosa, no soportaba este tipo de historias. Por suerte Shaun of the Dead es cualquier cosa menos aburrida. Debido a sus dos grandes protagonistas, unos secundarios de lujo y su director, Edgar Wright, director también de Hot Fuzz, Spaced (una serie de televisión protagonizada por Pegg y Frost) y Scott Pilgrim vs. The World.

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El protagonista de esta película es Shaun (Simon Pegg), un treintañero que trabaja como vendedor en una tienda de electrónica y cuya rutinaria consiste en salir por la noche al pub con su novia o quedarse en casa con su compañero de piso y mejor amigo Ed (Nick Frost) jugando a videojuegos. Su novia ya no soporta ese tipo de vida y acaba dejándole, escogiendo el mejor momento para hacerlo, el inicio de la amenaza zombi. Y lo que a primera vista podría parecer casi un dramón como tantas y tantas historias de zombis se convierte por suerte en algo completamente diferente.

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Jugando con todos los tópicos del género de zombis, Pegg y Wright (guionistas de la película) construyen una de las comedias más divertidas que he visto en los últimos años. Pero lo que tiene más merito aun es que lograron eso sin convertir la película en una parodia del cine de zombis  a lo Scary Movie, consiguiendo más bien un delicado equilibrio entre el humor y el homenaje a este tipo de cine del que ambos son rendidos admiradores.

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Del argumento poco hay que contar, nos encontramos ante situaciones mil veces vistas, los inicios de la amenaza zombi, los infructuosos intentos de refugiarse en el hogar, la reunión de los supervivientes, la lucha final contar las hordas zombis… pero todo desde el punto de vista de un humor muy  británico y rematado con un final que, aquí sí, es completamente diferente de lo que se suele ver en las películas sobre zombis y de lo mejorcito de la película.

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Así que si estas harto de ver los mismos tópicos de siempre y quieres pasar una hora y pico de lo más divertida esta es tu película. Probablemente esta sea la mejor de este dúo protagonista, pero confiemos en que sigan trabajando juntos muchos años y haciéndonos pasar tan buenos ratos como estos. Británicos tenían que ser.

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