La semana pasada nos enterábamos de una triste noticia, el fallecimiento el pasado 23 de Junio de Gene Colan a los 84 años de edad. Así que desde Brainstomping nos gustaría dedicarle un pequeño homenaje a este grandísimo artista que tanto nos hizo disfrutar con su trabajo a lo largo de más de seis décadas.
Según el mismo decía, comenzó a dibujar a los tres años de edad, aunque no fue hasta los dieciocho cuando empezó a hacerlo de forma profesional en las páginas de una serie bélica de la editorial Fiction House. Dos años más tarde comenzó a trabajar en Timely, la editorial que acabaría siendo conocida como Marvel Comics y un poco después también trabajaría como freelance para National Comics, la futura DC comics, siempre en comics bélicos y de género negro y documentándose meticulosamente antes de dibujar nada, demostrando que fue siempre un profesional como la copa de un pino.
Ya en los años sesenta fue comenzó a despuntar dentro de Marvel. Primero sustituyo a Don Heck en la serie de Iron Man a lo que siguió sus trabajos en Daredevil, Capitán América, Doctor Extraño, el Pato Howard, etc. Ya en aquellos tiempos Colan quiso tener su propio estilo en lugar de intentar imitar a los grandes de la editorial como Kirby o Ditko. En esto conto con el apoyo de Stan Lee, quien vio un gran talento en él y le dejo que siguiese su propio camino llevándole a convertirse en el artista que hoy todos recordamos con cariño. Aunque el ritmo de trabajo que seguía se cobro su precio y Colan admitió que durante una época dependió de las anfetaminas para poder cumplir con los plazos de entrega de la serie del Doctor Extraño.
Gene Colan también es recordado entre otras cosas por crear, junto Stan Lee, Sam Wilson, el Halcón (The Falcon) el primer superhéroe afroamericano mainstream. Es verdad que no era ni el primer superhéroe negro, Pantera Negra había aparecido tres años antes, pero era 100% Africano, ni siquiera el primer personaje negro de la editorial, Marvel ya tenía a Gabe Jones en los Howling Commands y a Joe “Robbie” Robertson en Spiderman. Pero aun así el Halcón destacaba por meritos propios, no era un Rey ni un ser superpoderoso, era un tipo normal, criado en Harlem y sin superpoderes y que trataba de tu a tu al mismísimo Capitán América quien le trataba casi como a un hermano. Y no fue esta su única aportación al mundo de los superhéroes negros ya que años más tarde crearía junto a Len Wein al Hermano Vudú/Brother Voodoo.
Pero si por algo es recordado entre sus fans es por su trabajo junto a Marv Wolfman en La Tumba de Dracula. A Colan le costó un poco hacerse con este trabajo, en cuanto se entero de que Marvel iba a sacar la serie se presento ante Stan Lee y le pidió ser el dibujante. Lee no tenía claro si dárselo, decía que ya le había prometido la serie a Bill Everett, pero Colan no se desanimo, se fue a casa, trabajo en unas muestras de lo que podría ser su trabajo en la serie basando el rostro del vampiro en el del actor Jack Palance y se las envió a Stan, días más tarde recibió una llamada suya, la serie era suya. Durante los ocho años que duro la serie de Dracula, Colan desplego todos sus talentos demostrando con creces que dominaba como nadie el uso de las sombras. De su trabajo aquí también se recuerda que fue el co-creador de Blade el cazador de vampiros, el personaje que décadas después permitió a Marvel comenzar su exitosa carrera en el mundo de las adaptaciones cinematográficas de sus comics.
Este dominio de las sombras y los escenarios nocturnos le convirtió en el autor perfecto para uno de sus próximos trabajos, Batman. Este dominio sumado a su estilo fluido y dinámico le hizo encajar como un guante en las aventuras del caballero oscuro, donde permaneció entre 1982 y 1986 dibujando prácticamente todos los números de Detective Comics en ese periodo. También para DC dibujo una etapa de Wonder Woman y creo junto a su viejo colega Marv Wolfman a Night Force, que contaba las aventuras del Hechicero Barón Winters y su grupo de agentes a los que enviaba por todo el mundo para enfrentarse a amenazas sobrenaturales, serie que tenía muchas reminiscencias de su trabajo en la Tumba de Dracula, incluyendo en el grupo, al igual que en Dracula, a una descendiente femenina de Abraham Van Helsing.
También fue un autor incansable y siguió trabajando casi hasta el final, su último trabajo fue en las páginas del Capitán América en el número 601 de Septiembre de 2009. Una historia ambientada en la 2GM en la que el Capitán se enfrentaba a unos vampiros y que le mereció un Premio Eisner al año siguiente. Pero aunque es triste que nos haya dejado un artista como este, nos queda el consuelo de tener casi setenta años de trabajos suyos de los que disfrutar una y otra vez.