Vamos a retomar la historia donde la dejamos la semana pasada. Ya habíamos presenciado como DC poco a poco parecía empeñada en destruir lo que quedaba de la JLI. Tras los sucesos contados en Identity Crisis muchos pensamos que las cosas ya no podían ir a peor, que DC no se atrevería ser aun mas bestias de lo que habían sido hasta ahora. Que equivocados estábamos, lo peor aún estaba por venir…
Pero si hasta ahora las cosas habían parecido jodidas todo empeoro con la llegada de las nuevas Crisis. En el especial Countdown to Infinite Crisis asistimos al mayor palo de todos. En este especial, prologo a la saga, asistimos al descubrimiento por parte de Ted Kord, Blue Beetle, de que alguien estaba tramando algo contra los superhéroes. Nadie le creía, muchos aun le consideraban un chiste, así que llevo su investigación en solitario. Esta le llevo hasta la base de Operaciones de Checkmate, allí descubrió que su líder se había hecho con el control de Hermano Ojo, un satélite construido por Batman con el objetivo de vigilar a los superhéroes y que ahora se iba a utilizar para matarles. El shock llego cuando se descubrió quien había orquestado todo esto… Maxwell Lord. En uno de esos giros argumentales destinados a llamar la atención nos contaban que Max llevaba años planeando destruir a los meta-humanos y que cuando ayudo a fundar la JLI su único propósito fue el de mantener al grupo inoperativo llenándolo de segundas filas. Cuando Ted se negó a colaborar con él en sus planes Max le disparo en la cabeza matándole en el acto. Definitivamente el BWAH-HA-HA-HA había muerto del todo.
Lo de Max fue una chapuza de infarto, por lo visto querían a alguien popular para usarlo como jefe de Checkmate y tras rechazar a algún que otro candidato optaron por “destruir” a Maxwell Lord. Para ello obviaron el detalle de que hacía años que había perdido su cuerpo humano y que era solo un cerebro dentro de un cuerpo de robot, a lo Robotman, y que obviamente en ese cuerpo artificial carecía de poderes metahumanos. En DC afirmaron que pese a que sabían eso decidieron obviarlo y hacer como que nunca había sido un cyborg. Para rematar la faena, en esa misma saga hicieron que Max muriese a manos de Wonder Woman, quien le partía el cuello para impedir que siguiese usando sus poderes para controlar a Superman y convirtiéndola a ojos del mundo en una asesina a sangre fría. Dos personajes jodidos por el precio de uno.
Pero estos no fueron las únicas bajas ni mucho menos. Durante ese mismo crossover, en la miniserie paralela The Omac Project, presenciamos la muerte de Dimitri, Rocket Red, quien se sacrificaba haciendo explotar su armadura para destruir a unos OMACs fuera de control que amenazaban con destruir Moscú. También vimos como en otra de las miniseries paralelas de Infinite Crisis, The Battle for Blüdhaven, el Capitán Atom perdía el control de sus poderes y se veía obligado a vestir una armadura que le permitiese controlarlos, una armadura idéntica a la de Monarca, cuyo nombre y modos violentos adopto y que durante unos años se convirtió en un villano de segunda fila con aires de grandeza.
Un par de años más tarde llego Final Crisis y con esta saga unas cuantas muertes más. En la mejor tradición de “Matemos a alguien querido para que se hable más de la serie”, esta comenzaba con el asesinato de J’onn J’onzz a manos de Libra, un villano de segunda fila al que Grant Morrison convirtió en un semidiós a las órdenes de Darkseid en otra de sus pretenciosas y vacías ideas. esta muerte solo sirvió para demostrar que aun había gente que recordaba con cariño a la JLI y así pudimos ver como en su funeral Batman depositaba una galleta Oreo (rebautizadas chocos por problemas de derechos) sobre el féretro de J’onn.
Paralelamente a esta saga se publico Death of the New Gods, una miniserie escrita y dibujada por Jim Starlin en la que una misteriosa amenaza estaba asesinando uno por uno a todos los Nuevos Dioses de Apokolips y Nuevo Génesis. La serie comenzaba con el asesinato de Barda, lo que llevaba a Mr.Miracle a buscar venganza con un nuevo traje que podríamos llamar de luto y mala ostia con dientes apretados, solo para fallecer también al final de la serie junto con el resto de los Dioses. Lo contado aquí por Starlin contradecía bastante lo que estaba haciendo Morrison con los nuevos dioses en Final Crisis, otro gran ejemplo de la coordinación existente en las editoriales de comics. Lo malo es que en Final Crisis tampoco quedaba muy claro que estaba haciendo Morrison con los Nuevos Dioses (O con el resto de personajes ya que estamos). Así que estos de momento están desaparecidos en combate hasta que al calvo maravillas le dé por dejar de destrozar a Batman y cuente de una vez que pretende hacer con los nuevos Dioses. Algo que esperamos con más miedo que ganas.
¿Significaba todo esto que la JLI estaba muerta y enterrada para siempre? Pues por raro que suene no fue así. De alguna extraña forma y pese a que daba la impresión de que DC se había esforzado por borrar todo rastro de aquel grupo, este consiguió sobrevivir y protagonizar el pasado año lo que todos esperábamos que fuese su triunfal regreso en las páginas de Justice League: Generation Lost. Por desgracia fue cualquier cosa menos triunfal, pero eso ya lo veremos con detalle mañana.