Resulta que dentro de unos pocos días sale a la venta la segunda parte del que probablemente sea el mejor juego de rol de PC de los últimos años, The Witcher. Y podría hablar de todo lo bueno que tiene ese juego, y hasta de lo malo. Pero no voy a hacerlo ahora, porque de lo que voy a hablar es de los libros en los que se basa el juego.
Pero mejor empezamos por contar quién es el autor de la cosa esta. Andrzej Sapkowski (1948) es un escritor polaco, y quieras que no eso influye enormemente en como son los libros que escribe; a diferencia de la fantasía que nos suele venir del mundo editorial anglosajón y sus imitadores, el de Geralt es un mundo repleto de cinismo y totalmente crudo, incluso más que en «Canción de Hielo y Fuego» y demás ejemplos de lo que llaman hoy día «Dark Fantasy». Sapkowski no maquilla o disimula los excesos de los personajes, deja claro que hacen y como son, sus retratos son totalmente descarnados y le dejan claro al lector de que palo va cada uno.
No parece que Sapkowski vea el mundo en blanco y negro, ya que tiene una crueldad tremenda con sus personajes haciéndoles tomar decisiones morales totalmente desesperadas; aquí no se trata de actuar bien o mal, se trata de ver que intereses tiene cada uno. A lo largo de la serie, veremos como Geralt, en su profesión de brujo cazador de monstruos, se limita a vagabundear liquidando monstruos, cobrando miserablemente por ello y malgastando el dinero en cualquier casa de putas; él no se considera ningún héroe, pero en último termino es lo más parecido a uno que se pueda encontrar en su mundo.
La serie comenzó con un relato (El último deseo) publicado en la revista polaca de ciencia ficción «Fantastyka», que al tener bastante éxito fue continuado por otros cuantos. En los relatos, Sapkowski trata de darle vueltas a mitos y cuentos populares. Así, podremos ver como versiona la Bella y la Bestia, la Cenicienta, y el lector puede entretenerse intentando descubrir que cuento le están contando esta vez. Esta reinterpretación de los cuentos sirve para descubrir la xenofobia, la ignorancia y la discriminación que sufren otras razas en el mundo en el que vive Geralt, un mundo que ni siquiera le acepta a él porque es un mutante, un monstruo albino creado por la alquimia para salvar al mismo mundo que lo desprecia (vamos, como la Patrulla X). A medida que avanza la serie y van presentándose más y más de los personajes, vamos viendo como la serie se aparta de su (aparentemente) propósito original de recontar cuentos en plan cafre y el el centro de la historia pasa a ser la relación de Geralt con la hechicera Yennefer o sus andanzas con su mejor amigo, Jaskier.
Sin embargo, a partir de La Sangre de los Elfos, los libros dejan de ser tomos recopilatorios de relatos para pasar a ser novelas que se continúan directamente de una a otra. Personalmente creo que aunque las novelas empiezan más o menos bien, acaban haciendose un tanto farragosas y la multitud de personajes y puntos de vista que acaban inundando la narración terminan por hacer que pierdas el interés por parte de la trama, sobre todo si el personaje de Ciri (que no diré quien es por no chafarle a nadie las novelas) te cae mal. Sin embargo, las novelas siguen siendo recomendables, aunque no tan tremendamente divertidas como los relatos.
Geralt de Rivia es un personaje en la tradición de Conan o Elric, y como tal su estado natural es el relato. Relatos con cierta continuidad entre ellos, pero no algo tan rígido como acaban siendo las novelas de Geralt. Aun así, no puedo hacer otra cosa que recomendar leer todo lo que podais de Geralt, ahora que por fín se ha traducido su serie entera y no vamos a tener que estar sufriendo al jugar a los videojuegos porque lo mismo nos revientan el final.