Semana de la Ignorancia: Conducir es divertido

He de admitir que a la hora de escribir esta serie de artículos de la “Semana de la ignorancia” me ha resultado difícil encontrar temas de los que hablar debido a la gran cantidad de materias que domino. El malasombra de Diógenes, al que tanto le gusta ponerme en apuros, aprovecho para dedicarse a verter insinuaciones xenófobas sobre mí, que si hablase sobre higiene corporal, sobre derechos, etc.  ¡Ya pagaras un día por tus pecados, enano malasombra! Por suerte tras mucho rebuscar acabe encontrando un tema del que poco se y menos quiero saber. El mundo de la conducción (De coches, que de electricidad también se lo mío)

Algún gracioso podrá decir que es normal que no sepa conducir, que como mucho habré visto los Jeeps que van a la reserva a sacar fotos o que voy a todas partes montado en un viejo camello, y seguro que ese gracioso se apellidara Pantarujez. Pero todo eso es incierto. Lo que sucede es que tengo la inmensa suerte de vivir en pleno centro de unas de las más bellas y civilizadas ciudades del mundo, con todo lo que puedo necesitar al alcance de un corto paseo y medios de transporte públicos más que suficientes para llegar a aquellos sitios que se encuentran algo más alejados. Es por ello por lo que jamás he tenido la necesidad de aprender a conducir, al contrario que todos esos agobiados urbanitas que viven ahogados por las letras y el humo de sus coches.

Pero esto no quiere decir que en un momento de necesidad no fuese capaz de utilizar un coche. Si hay algo que soy es un hombre de inmensos recursos y de los coches he aprendido todo lo que necesito saber gracias a los dos mayores aliados que un ser humano puede tener. La tele y los videojuegos. Gracias a estos dos inseparables compañeros se de sobras como moverme en este, en ocasiones, pantanoso terreno de la conducción, con el beneficio extra de haberme ahorrado la sangría monetaria que supone el aprender a conducir gracias a descargarme un par de juegos y ver alguna que otra teleserie.

Lo primero de todo en este tema es conseguir un coche. La gente normal pediría un préstamo y se convertiría en esclavos del banco para conseguir un vehículo. Cuando cualquiera que haya jugado alguna vez a un GTA sabe que solo hay que salir a la calle, pasear hasta encontrar un modelo que te guste, abrirlo y entrar, aunque suele ser más divertido agarrar uno en algún semáforo tras sacar a ostias del interior a su conductor. Y si te quedas sin gasolina y estas corto de pasta no hay más que buscar a alguna puta y apalearla para conseguir algo de efectivo. Cualquiera te dirá que esta es la más efectiva manera de conseguir gasolina.

Una vez dentro del coche empieza igual la parte más complicada de esto de la conducción. Los coches no suelen tener cursores para acelerar y girar y hay que lidiar con el engorro de mover palancas pisar pedales y girar una rueda enorme. Pero como cualquiera que haya visto un poco la tele sabe, para conducir un coche solo hay que arrancar un manojo de cables de debajo del volante y empalmarlos a lo loco o meter en el contacto un destornillador enorme y girar a lo bruto para ponerlo en marcha. Una vez conseguido esto no tenemos más que mover a lo loco las palancas y girar el volante aquí y allá de forma distraída mientras prestamos más atención a lo que sucede dentro del coche que a lo que sucede fuera. Y es que del mismo modo que en informática solo se utiliza parte del teclado, la barra espaciadora y el ratón son como todos esos pedales y palancas de los coches, adornos superfluos sin ninguna utilidad.

Y una vez que hemos conseguido un coche y lo hemos puesto en marcha no nos queda más que pasear por ahí relajadamente sin hacer mucho caso al exterior. Hay gente que dirá que tenemos que prestar atención a los semáforos, señales y demás, pero es mentira. Toda esa cacharrería la han puesto ahí los ayuntamientos para hacernos creer que gastan nuestros impuestos en algo, pero son tan importantes para la conducción como la iluminación de la fachada del corte ingles. En teoría a los peatones sí que habría que prestarles algo de atención para no golpear el coche con ellos, pero tampoco es muy importante, si se cargan el coche no podría ser más fácil conseguir uno nuevo.

 

¿Parecidos de todo esto con el mundo real? Quién sabe, supongo que dependerá del país en el que te encuentres. Eso sí, si un día vas por la calle y ves a un tipo negro enorme conduciendo a toda velocidad un coche al que le falte una puerta, apártate de mi camino si no quieres engordar mi marcador.

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