Bulletstorm: De como Duke Nukem llegó a tener un juego sin Duke Nukem

Duke Nukem 3D fue uno de los FPS más influyentes de la década de los 90, y en realidad es probablemente uno de los que más meritos no atribuidos tiene. Salió a la venta en el 96, un año después de Dark Forces y Rise of the Triad, en la época en que daba igual lo que hicieras, el rey iba a seguir siendo Doom (1993) y su secuela.

Bienvenido al juego de matar cerdos policía.

El estreno de Duke en los FPS fue por todo lo alto y los jugadores de PC de la época, todavía en la era del shareware y con internet en el horizonte, no podían hablar de otra cosa que del juego aquel en el que “podías mear y pagar a strippers para que se desnudaran”. Duke Nukem fue el primer protagonista realmente carismático (con la excepción del Kyle Katarn de Dark Forces) y, aunque la trama del juego fuera absurda y caótica, engendró una escuela de FPSes pasados de vueltas que tuvieron su ejemplo más claro en animaladas como Serious Sam, Redneck Rampage (en la que encarnabas a un paleto de la américa profunda que trataba de rescatar su cerda favorita de una invasión extraterrestre), Postal o incluso en géneros como la conducción en títulos como Carmaggedon (1997).

¿Y Jack Thompson se quejaba de GTA? ¡Ese ñub no había jugado al carma…!

Pero, llegado el siglo XXI y el auge de Half Life y Call of Duty, los FPS dejaron de reirse de si mismos y trataron de ser serios y, en algunas ocasiones, peliculeramente “realistas”. Cierto es que títulos como No One lives Forever intentaron hacer que nos riéramos un poco, pero el mercado estaba como estaba y las distribuidoras no aceptaban ningún juego que no fuera una imitación de los juegos de más exito, con lo que o imitabas a Halo, o imitabas a Call of Duty. Pero afortunadamente existe Epic Games, una antigua desarrolladora de PC que ya en los 90 trataba de hacerle la competencia al todopoderoso Quake de Id software con el primer Unreal (1998) y había estado desarrollando motores 3d con discreto éxito que se alió con Microsoft a mediados de la década pasada para crear Gears of War (2006) y acabó convirtiéndose en la creadora del motor gráfico más usado y abusado de los últimos cinco años (lo usan hasta los japoneses, imagínate).

Estos eran los de Id software riéndose del motor Unreal en 1998…

Y aquí es donde llegamos a Bulletstorm, un videojuego polaco. Resulta que People Can Fly, la desarrolladora del juego, fue comprada por Epic en el 2007 y lo primero que se les ocurrió hacer con toda la pasta yanqui fue crear un videojuego de tacos, violencia y cachondeo sin ningún complejo. El argumento del juego se puede resumir en “reventar el culo a mutantes a base de balazos”. Si hablamos del juego en sí, ya hablaríamos del uso del látigo para acercarte enemigos o lanzarlos por los aires, de la obligatoriedad de asesinar a tus enemigos de forma creativa bajo pena de quedarte sin munición, del protagonista totalmente imbécil y alcoholico (vamos, Duke Nukem), de los secundarios que se plantean más de una vez darse la vuelta y matarlo, del malo malísimo totalmente sobreactuado y cabrón…

¡Esto era lo que le hacía falta a Mass Effect!

La historia de Bulletstorm no es ninguna maravilla, pero lo que te ríes no tiene precio. Es scriptado, es pasillero, pero no insulta a la inteligencia como algunos niveles de películas interactivas como Call of Duty o Homefront. Disfrutas reventando los enemigos, y no son sólo un pequeño estorbo mientras intentas ver como sigue la historia. Bulletstorm es el primer “comedy-shooter” en mucho tiempo, y probablemente sea un juego hasta mejor que el del regreso del rey del género en Duke Nukem Forever.

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