La semana de los Wesley: Ben Reilly

Hoy toca de nuevo revisitar los 90, esa época oscura del cómic fue una mina de oro para encontrar a personajes superfluos con los que nadie tenía muy claro que hacer pero que trataban por todos los medios de meternos por los ojos para que los quisiéramos tanto como les querían sus autores. El caso que hoy nos ocupa es el del segundo, aunque nos hicieron creer durante una temporada fue el primero, que se puso las mallas de Spider-Man. Estoy hablando de Ben Reilly.

Pese a que Ben Reilly se le puede considerar un hijo de los 90 de pleno derecho, para encontrar la primera aparición de Ben Reilly tenemos que remontarnos a 1975, a la primera saga del clon, donde aparentemente el clon de Spider-Man moría y este se deshacía del cadáver tirándolo por la chimenea de una fabrica. Pero como supimos diecinueve años más tarde, esto no había sido exactamente así. En 1994 nos contaron que este clon sobrevivía y sintiéndose desdichado por ser una simple copia se largaba a vivir en la carretera haciéndose llamar Ben Reilly, Ben por el famoso Tío Ben y Reilly, el apellido de soltera de la Tía May.

Ben decidía volver a Nueva York al enterarse de que la Tía May estaba muriendo por culpa de un infarto, una vez allí le entraba de nuevo el gusanillo de la heroicidad y como el nombre de Spider-Man ya estaba pillado decidió hacerse un traje nuevo, adornado con una sudadera con capucha sin mangas y hacerse llamar Araña Escarlata…así eran los años 90. Pronto empezaron los guionistas a jugar con la idea de que Ben era el verdadero Spider-Man y el Peter Parker que habíamos conocido durante los últimos años era el verdadero clon. Ben empezó a ser mejor que Peter, y le convirtieron en un Wesley. Sus lanzaredes tenían muchas más opciones, lanzaba dardos paralizantes, bombas de telaraña que explotaban al impactar… Era tan capaz como Peter a la hora de luchar contra sus enemigos, tanto que  incluso era capaz de percibir los ataques del villano Veneno con su Sentido Arácnido al contrario que Peter, que nunca fue capaz de detectar a Veneno. Mientras todo esto sucedía,  Peter se iba convirtiendo poco a poco en un ser amargado y violento que hablaba de sí mismo en tercera persona  y que rehuía el contacto con los demás.

Al final la noticia reventó en la cara de todos, efectivamente Ben era el original Spider-Man y Peter su clon. Una vez derrotados todos los villanos absurdos de la época y aclarado, en principio, todos los líos de clones, Peter decidía largarse de Nueva York con Mary Jane para criar a su futura hija mientras que Ben se quedaba en Nueva York con la identidad de Spider-Man y un nuevo traje. Como había que seguir demostrando que Ben era mejor, hicieron que tras una pelea con Matanza, el simbionte de este se fusionase con Ben, quien lo derroto separándose del simbionte con su pura fuerza de voluntad, sin necesidad de utilizar ningún tipo de artefacto para la ocasión como le había sucedido a Peter en el pasado.

Pero todos los intentos de los guionistas por hacernos olvidar al Peter de los últimos años y que aceptásemos a Ben como el nuevo y definitivo Spider-Man fueron en vano. No tardaron mucho en devolver a Peter a Nueva York y convertirlo en secundario fijo de la serie, para más tarde descubrirse la verdad, esta vez sí. Peter siempre había sido el original y Ben su clon, todo había formado parte de un plan maestro de un resucitado Norman Osborn que trataba de volver loco a su odiado enemigo, plan que culmino con un intento de empalar con su deslizador a Spider-Man quien fue salvado en el último segundo por Ben Reilly, que se sacrifico para salvar la vida de su “hermano”.

 

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