Iron Man II: ¿Y el Mandarín donde ha quedado?

Pues a mí me gustó la primera parte, y eso que recuerdo haber ido a verla con todo el escepticismo del mundo. Así que la segunda parte la esperaba con curiosidad, y lo que me he encontrado me ha dejado un poco decepcionado. No es que la película sea un desastre, pero si que va un paso por detrás de lo que se esperaba de ella.
Lo primero que vamos a notar al empezar Iron Man 2 es que si en la primera parte Tony Stark era Steve Jobs fabricando armas e iPhones, en la segunda es Silvio Berlusconi fabricando iPads; Esa es la evolución del personaje de Tony Stark de una película a otra. Y es que aunque a más de uno pudiera parecerle que el personaje interpretado por Downey Jr. empezaba a tener algo de buen juicio, esa esperanza empezó a resquebrajarse ya en el mismo final del film anterior, con la famosa frase de «soy Iron Man».

¡Ni Berlusconi tendría una idea mejor!

Ojo, que a partir de aquí todo son spoilers…
Iron Man 2 es una película hecha con más prisas que la primera, o por lo menos esa impresión nos da. Aparecen personajes nuevos, sí, pero están bastante menos trabajados que los de la primera parte y su participación es testimonial o arquetípica. Mickey Rourke, el malo de la función, es un simple matón con ansias de venganza, pero es un matón que es un puñetero genio al nivel de Stark: Debería ser un personaje interesante, tiene un trasfondo que podría darle ese interés, el actor se ha currado el personaje, ¿por qué carajo no se lo curró más el guionista? ¡Que estamos hablando de que Látigo Negro, su personaje, tiene planes maestros para llevar a cabo su venganza a lo talibán, basados todos en la autoinmolación! ¡Que todo lo que hace el hombre se basa en «pringo yo, y pringa Stark»! No sé, demasiado merluzo se me hace el tío, y eso por no hablar de Justin Hammer, su mecenas, que, mientras Látigo Negro es la versión siniestra del Stark inventor, Hammer es la versión chunga del Stark empresario. Esta dualidad, bien explotada, podía haber dado bastante juego, pero en último término lo único que proporciona son un par de escenas cómicas y un personaje –el de Hammer- que se hace bastante insoportable.

Mamachicho me toca...

Pero estamos hablando de una película de superhéroes, asi que lo importante es cuantas cosas se rompen y como de gordas son las explosiones. Que por cierto, son muchas y muy gordas. Marean un poco los planos de combate aereo, por esto de que son rápidos, de noche y apenas ves nada, pero es de agradecer que no se regodeen en ellos y traten de darle más peso a los diálogos que a la quincalla. Porque esta es una película de acción sin más pretensión que la de entretener a un público humano (no gilipollas, ya me entendeis) y sale más o menos airosa en su planteamiento, pero no así en su resolución. Se mezclan las hostias con la comedia, pero a diferencia de la primera parte, la trama acaba diluyendose entre chiste y mamporro y llega a perder un poco el ritmo. Te pasas toda la película viendo a Stark Berlusconi cometiendo excesos, y aunque su motivación es más o menos legítima (la bateria de su armadura lo esta matando por envenenamiento y todo le da igual), la resolución de su problema no deja de ser estúpida: Stark descubre que su padre había ideado una forma de energía alternativa basada en un elemento químico artificial, y en cuanto se la mete al cuerpo, sale una luz blanca y se cura por completo.

Vamos, que fue un mago.

Luego hay otras cosas como que Scarlett Johansson sólo salga para hacer de tía buena de pocas palabras que parte piernas y pienses «joder, que actriz más desaprovechada» con toda la razón del mundo. Supongo que fue contratada pensando en la futura película de Los Vengadores, y lo peor de todo es pensar eso, que gran parte de esta película parece pensada como una preparación a «algo más gordo que vendrá», sin acordarse siquiera de que en la primera parte se intuía que el Mandarín movería ficha en lo sucesivo.

¿Máquina de Guerra? ¿Quien es ese? ¡Tercera parte con estas señoritas de protas YA!

Pero aun con sus fallos y siendo como es un paso atrás respecto a la primera parte, la película es entretenida y se deja ver. Habrá que ver que tal está Thor, que de Kenneth Brannagh me espero ya cualquier cosa.

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